miércoles, 4 de abril de 2012

Dinero social: Conceptos básicos

Preparado por Stephen DeMeulenaere,
Coordinador del Programa para Asia, Fundación Strohalm de Holanda (Indonesia)

Antecedentes del Grupo de Trabajo de Dinero Social del WSSE

El Taller de Trabajo sobre el Dinero Social fue lanzado en 2000 como uno de los 15 grupos de trabajo del WSSE. Entre sus actividades, se encontraba el inicio y funcionamiento del Grupo de Discusión Trilingüe sobre el Dinero Social para facilitar la comunicación internacional entre los actores de organizaciones y proyectos de Dinero social y la recogida y difusión de los Estudios de Casos y la difusión de la información a través de http://money.socioeco.org.

Mediante su participación en reuniones del WSSE y en los Foros Europeos y del World Social, el Taller de Trabajo sobre el Dinero Social ha trabajado para presentar su diagnóstico de la situación económica actual y nuestra contribución al hallazgo de una resolución junto a nuestros compañeros de otros grupos de trabajo.

1. Conceptos y definición:

El Taller de Trabajo sobre el Dinero Social se formó para estudiar iniciativas basadas en instrumentos paramonetarios que nosotros denominamos “Moneda Complementaria”, que pueden estar sujetos al control social. La intención de este enfoque es demostrar las posibilidades de crear otra economía, inicialmente complementaria a la economía formal pero que, más adelante, podría ser capaz de introducir un nuevo paradigma económico.

No obstante, parece que los demás participantes del WSSE aún no tienen una idea clara de lo que es el Dinero social. Quizás el propio término induzca a error, con lo que no se puede entender lo que estamos intentando conseguir. También es posible que el uso de este término haga difícil que nuestros colegas entiendan nuestro diagnóstico del problema económico y, en consecuencia, que nuestro trabajo no es sólo teórico, sino principalmente práctico para mostrar el recorrido que pretendemos en este nuevo paradigma económico. Por lo tanto, el propósito de esta reunión no era limitar el alcance de nuestro trabajo sobre Dinero social, que es un tipo de Sistema de Moneda Complementaria, sin todo lo contrario, ampliar nuestro ámbito de actuación para incluir estudios de casos de aquellos sistemas que están más estrechamente relacionados con otras iniciativas de Economía Solidaria.

A partir de las conversaciones mantenidas con los participantes de otros grupos de trabajo, hemos percibido que la idea general es que nuestro trabajo se refiere a experimentos aislados a pequeña escala sobre el “dinero para tiempo libre”, destinado principalmente a la circulación de “bienes y servicios no deseados” que no se encontraba habitualmente dentro del muestrario típico de bienes y servicios que se describe normalmente como esencial para cubrir las necesidades básicas. La ausencia de conexión con la moneda nacional quiere decir que los implicados en el Comercio Justo, en Micro y en Solidarity Finance consideraban nuestra contribución como irrelevante para su trabajo, que nuestras organizaciones eran informales y, por tanto, poco profesionales e incapaces de proporcionar una variedad importante de servicios financieros. Aunque algunos grupos como Mujeres y Economía podrían ver que si se da más importancia a las actividades que tradicionalmente son infravaloradas se aumentaría la oportunidad de las mujeres de recibir alguna ventaja económica por su participación en un Sistema de dinero social, los grupos que participan en la redistribución de los recursos monetarios escasos no pudieron entender qué hacemos, porqué lo hacemos y cómo lo hacemos.

En consecuencia, es importante para nosotros volver a presentar nuestro diagnóstico de la situación económica y monetaria actual y cómo nuestro sistema está dirigido a buscar un nuevo paradigma económico en una forma que presente nuestros valores e indicadores, así como una estrategia de colaboración práctica con los demás actores del WSSE.

Diagnóstico del problema económico

El estudio de la Economía aborda tradicionalmente la asignación de los recursos escasos, tanto naturales como monetarios. La moneda nacional, emitida como préstamos a un interés, refleja esta percepción de la escasez. La carga de intereses garantiza que el suministro de dinero siempre se encontrará por debajo del nivel necesario para apoyar un nivel bajo y un intercambio en el ámbito local. Como la creación de dinero por los que pueden pedirlo es un proceso que tiene sus límites, la inflación acabará produciéndose aunque las personas que se encuentren en el límite inferior de la sociedad no puedan cubrir sus necesidades utilizando los recursos locales. Claramente, es evidente que algunas partes de un país, y algunas partes del mundo, no tienen recursos monetarios suficientes para cubrir eficientemente sus necesidades, dejando sola a la generación de capital para crear la producción.

Por otra parte, en Economía se asume tradicionalmente que el mantenimiento del mercado es el mecanismo más eficaz para facilitar la circulación de un dinero escaso. Según este concepto, las industrias eficientes y competitivas hacen circular el dinero entre ellas y las ineficientes y no competitivas no reciben dinero. Cuando las tasas de interés de los préstamos de los países del tercer mundo alcanzan el 15%-30% las industrias de esos países tienen dificultades para competir con las compañías que tienen acceso a préstamos a un interés del 0%-10%. En consecuencia, el mercado no es un campo de juego equitativo y las industrias micro y pequeñas de los países del tercer mundo no pueden acceder al capital que necesitan y al precio que pueden soportar para desarrollar sus industrias en un proceso que sea eficiente y competitivo. El dinero se pierde desde las zonas rurales a las áreas urbanas y las personas emigran para seguir al dinero.

En tercer lugar, hay pocos incentivos para que las personas hagan circular el dinero en momentos de inflación o deflación importantes en los países ricos, o en los países del tercer mundo que sufran una inflación. La circulación de dinero se estanca y la economía entra en recesión o depresión. Como sucedió durante la crisis monetaria asiática, los mecanismos naturales de aceleración de una economía estancada o de enfriamiento de una economía sobrecalentada trabajan con demasiada lentitud y su impacto sobre las comunidades pobres y las sociedades del tercer mundo puede ser devastador.

Aunque el estudio diagnóstico es más complejo que lo que nos indican estos tres puntos, con ellos ya podemos plantar preguntas concretas a nuestros compañeros de otros grupos de trabajo:

En el campo de la financia micro y solidaria, una persona recibe un préstamo para comprar una máquina que le permitirá producir bienes para introducir en el mercado. El dinero para la máquina ha ido desde la comunidad a la ciudad en la que se compró la máquina y cuando llevan sus bienes al mercado no hay dinero suficiente para que la gente los compre. ¿Cómo se inyecta el dinero a escala local para apoyar el consumo? Si una persona no tiene bienes colaterales que le permitan recibir un préstamo o un título sobre los bienes colaterales que poseen, ¿Qué métodos existen para reducir el riesgo del préstamo y, por tanto, la tasa de interés de los prestatarios para que los precios puedan ser más competitivos con los de los productores de países que tienen tasas de interés más bajas?

Es más, un grupo de autoayuda de mujeres recibe préstamos para comenzar la venta en pequeños comercios creados en sus domicilios de productos prácticamente idénticos a los del mundo occidental, lo que es una práctica común en algunas organizaciones de microfinanzas. ¿Cómo se apoyan sus actividades entre sí, y cómo iniciarían estas actividades económicas para reconstruir la economía local? ¿Qué puede hacer el Grupo de Autoayuda para alentar la circulación de dinero entre sus miembros?

En el campo del Comercio Justo, un productor artesanal recibe una gran cantidad de dinero para vender al comprador del Comercio Justo, más que si vendiera sus productos en un mercado normal. El año siguiente, la organización de Comercio Justo se ha trasladado pero el productor se considera ineficiente y no puede vender sus productos. ¿Cómo puede recuperarse este productor de la distorsión causada en el mercado¿ ¿Estarán dispuestos los demás productores, que no entraron en los contratos del Comercio Justo y que están celosos del productor que sí tuvo un contrato con un comprador de Comercio Justo, a apoyarle¿ ¿Qué puede hacer la organización de Comercio Justo para desarrollar una red de empresas micro, pequeñas y medianas que permita el mantenimiento de estos negocios?

Estas preguntas no tienen como objetivo criticar a las actividades de nuestros compañeros, en lo más mínimo. No obstante, plantean algunos puntos de debate en los que el Taller de Trabajo sobre el Dinero Social está trabajando para presentar soluciones para las que los participantes en este taller ya han desarrollado sus propias soluciones.

Sistemas de Monedas Complementarias y el nuevo paradigma económico

En el nivel más básico, los Sistemas de Monedas Complementarias se enfrentan a la identificación y movilización de recursos abundantes. Por un lado, se trata de recursos sociales: conocimiento, habilidades, educación, energía humana y capacidad de pensar y actuar, de trabajar unidos para lograr objetivos y de hacer realidad las ideas. Por otro lado, son recursos monetarios y económicos: préstamos, capital y redes de circulación del dinero que movilizan los recursos sociales no sólo para cubrir las necesidades básicas, sino también para lograr una sociedad más humana. La clase de dinero escaso que usamos hoy no fue la que financió la construcción de las pirámides o de las catedrales, sino la clase de dinero abundante de la que hablamos cuando pensamos en Sistemas de Monedas Complementarias.

Casi todas las crisis monetarias han generado formas nuevas de dinero que a menudo han circulado codo con codo como Monedas Complementarias. Algunos de estos sistemas continúan hasta la fecha, como las monedas de las Islas del Canal que circulan en Jersey y Guernsey, o el Banco WIR de Suiza o el Banco JAK de Suecia, o las monedas emitidas en Tailandia y Japón durante la crisis monetaria asiática. Otras monedas han ido desapareciendo del uso, pero no de la memoria, como el City Money que se usó en Alemania durante la República de Weimar, el sistema monetario de Worgl en Austria o las monedas complementarias de la era de la depresión, emitidas durante la Gran Depresión. La emisión de estas monedas obedeció a varias razones, además de la crisis monetaria, y la variedad de los resultados alcanzados ha demostrado su utilidad y sus aspectos prácticos para lograr una economía solidaria.

Cada Sistema de Monedas Complementarias se usa para lograr objetivos diferentes, tanto sociales como culturales o como un desarrollo económico y medioambiental. Estos distintos sistemas se distinguen, aunque no se separan, en dos abordajes metodológicos principales, otorgar valor a las monedas mediante un trust social y el otorgar valor a las monedas mediante contratos que den el valor a las monedas mediante otros recursos o la moneda nacional.

El primer método, valorar las monedas a través de un trust social, se usa en los sistemas conocidos como Sistemas de Comercio por Intercambio local, Dinero Abierto, Bancos de Tiempo, Redes de Trueque Solidario y sistemas HOURS. En todos ellos el dinero se emite localmente bajo el control social de la comunidad. Los objetivos son la inclusión y cohesión social, la valoración de las actividades que tradicionalmente están infravaloradas, como el trabajo de la mujer, el intercambio de conocimientos locales, los productos y servicios y el tiempo. Son los sistemas a los que nos referimos habitualmente cuando hablamos de los Sistemas de dinero social.

El segundo método, dar valor a las monedas con recursos naturales o con la moneda nacional, es más reciente en la práctica moderna, aunque existen muchos ejemplos desde las “Recetas de Almacén” usadas en la antigua Mesopotamia, en Egipto y en el Medio Este, como el Shekel, que significa “fanega de trigo”, hasta las monedas de vales convertibles, los cupones convertibles en dinero y los certificados de regalo, como los de los bancos Monneta Regio, WIR y JAK, el Fomento de Strohalm y los programas de circuito comercial del consumidor, o los dólares de la isla de Saltspring y de Toronto, que mantienen su valor facial junto a la moneda nacional en los comercios, hasta las monedas que tienen valor en unidades eléctricas, carbón, bosques y recursos acuíferos. Aunque los sistemas que usan estos métodos también pueden considerarse como Sistemas de dinero social, a menudo no se encuentran bajo un control social importante, todo lo contrario, son gestionados por un gobierno, un almacén, una compañía o una organización formal que es la responsable de mantener su valor.

Este segundo método ha dado paso a algunos programas que son muy similares o que colaboran con los grupos de empresas micro, pequeñas y medianas, con las finanzas micro y solidarias y con el Comercio Justo, aunque con algunas modificaciones sería muy posible que los grupos que usan el primer método mencionado anteriormente también participen en muchas de estas actividades.
Estudios de casos:
Tailandia: Sistema de Moneda Complementaria Boon Kud Chum

Tailandia fue uno de los países golpeados con mayor dureza por la crisis monetaria que comenzó en 1997. Si bien la crisis afectó profundamente a otros países de Asia, excepto Malasia, que buscaban una estrategia sabia para controlar la fuga de capitales, en esos países significó una pobreza extrema para los que ya eran extremadamente pobres. Las áreas rurales se vaciaron hacia las ciudades en una búsqueda desesperada del escaso dinero que había. Dos trabajadores de campo del área rural, Jeff Powell de Canadá y Menno Salverda de Holanda, que estaban trabajando para la organización canadiense CUSO y para la organización británica VSO, comenzaron a explorar los Sistemas de Monedas Complementarias como una vía para detener el flujo de personas y dinero desde las áreas rurales. Con el apoyo del CUSO realizaron varios talleres de trabajo en distintas partes de Tailandia y comenzaron una sociedad con el grupo de habitantes de Kud Chum en el nordeste del país, a una hora en coche del río Mekong y de Camboya.

En el pueblo habitaba una sociedad budista sana y activa que tenía su propio monasterio, que a su vez era muy activo en el desarrollo económico de la comunidad. Los vecinos eran incluyentes y cerrados, trabajaban juntos en los campos de arroz y hacían trueques con lo que no necesitaban para sí. Un grupo de granjeros formó una organización semi-formal de trueques y comenzó un proyecto en el pueblo para construir un molino de arroz para la cooperativa de los granjeros, con el objetivo de recoger y vender su arroz orgánico. Como los trabajadores de campo europeos hablaban Tai y la lengua local Lao, y podían vivir en el pueblo, con sus temperaturas altas extremas, una sequía intensa en una estación y una inundación importante en otra, unas condiciones de vida de pobreza y una dieta en la que los insectos, los roedores y los reptiles contribuían al aporte de proteínas de la dieta local, se vieron inmersos rápidamente en el proyecto con la colaboración del Jefe del pueblo y el Abad del monasterio.

Al tratarse del primer Sistema de Moneda Complementaria introducido en Asia fuera de Japón, realizaron una investigación exhaustiva sobre el estado de Sistemas de Monedas Complementarias en el momento de determinar el sistema más adecuado para la comunidad, decidiendo realizar una modificación del modelo de Crédito Mutio o LETS: un sistema de contabilidad sin intereses, en el que las personas podían retirar cheques de Moneda Complementaria que tenían un valor equivalente al Baht tailandés. El entusiasmo de los vecinos fue en aumento gracias a su dedicación a este proyecto, a los grupos de trabajo y a las conversaciones mantenidas, y se pudo entrenar a un grupo para gestionar el sistema.

El sistema se lanzó a comienzos de 2000 y casi inmediatamente consiguió la atención de los medios de comunicación nacionales . El gobernador de Bangkok vino a visitarlo junto a otros altos cargos del país que habían expresado su interés por el sistema y su aprecio por los vecinos al tomar la iniciativa para enfrentarse a los efectos de la crisis monetaria en sus comunidades. Sin embargo, surgieron algunas preocupaciones sobre las violaciones de las leyes de finanzas y banca de Tailandia y el miedo a la desintegración nacional y al abuso del sistema, y en marzo de ese año el Banco de Tailandia suspendió las operaciones del sistema, pendiente de una investigación. Con la ayuda de la Sociedad de Leyes de Tailandia y mediante reuniones con el Gobierno y los oficiales de la Banca, los vecinos pudieron explicar y demostrar que el sistema no afectaría al sistema económico nacional y que no era un intento de secesión del nordeste de Tailandia en una zona económica o un país nuevos. En pocos meses se permitió al sistema retomar algunos cambios pendientes, como el nombre informal de la organización comunitaria, “Banco de Bia Kud Chum”, pero no se permitió el nombre de la moneda, el “Bia”, que era el nombre de la moneda tradicional de los tiempos ancestrales, y se cambió por “Boon”, que significa “ayudar unos a otros”. Además, cada talón debía llevar un sello de caucho en rojo que decía que “esto no es dinero”, queriendo decir que no era un sustituto del dinero legal nacional ni un intento de socavar la economía nacional.

El sistema continúa hasta la fecha, pero se ha quedado pequeño a medida que la economía tailandesa se ha ido recuperando, periodo en el que se ha llevado la electricidad y algunos teléfonos hasta los pueblos y se han pavimentado las carreteras principales con hormigón. En 2002 los trabajadores de desarrollo rural terminaron sus contactos y volvieron a otros trabajos en sus países de origen, dejando que el proyecto fuera gestionado por el Instituto de Desarrollo Local de Tailandia y por el Director de País del CUSO. Durante el tiempo en que se mantuvo la cobertura e investigación de medios en el Bando de Tailandia, varios estudiosos de las principales universidades de Tailandia se interesaron en el sistema, y como el interés de Boon Kud Chum desapareció dentro del Instituto de Desarrollo Local, los académicos formaron una organización para ayudar al grupo de Kud Chum y difundir el sistema en otras áreas. Como uno de los principales académicos, el Profesor Dr. Apichai Puntasen, trabajó en estrecha colaboración con el rey de Tailandia para que éste comprendiera mejor el Concepto de Economía de Suficiencia, estaba en posición para recibir la financiación de la Fundación de Investigación del Rey de Tailandia durante varios años, para apoyar la difusión y desarrollo de los Sistemas de Monedas Complementarias por todo Tailandia. Actualmente, hay más de una docena de sistemas en distintas regiones del país, tanto urbanas como rurales, musulmanas y budistas. Aunque el diseño básico del sistema es el mismo en las distintas comunidades, la organización está intentado apoyar a las empresas locales y ha comenzado a investigar en los métodos del Sistema de Moneda por Comprobantes para dirigir los sistemas al desarrollo de las empresas micro y pequeñas.

Honduras: El grupo de redes de empresas micro y medianas COMAL

COMAL es una organización de mercados dirigida a los bienes básicos de consumo que comenzó sus actividades en 1997. Incluye 42 organizaciones sociales y sus miembros (y grupos diana) son pequeños productores y consumidores de las zonas rurales de Honduras. COMAL intenta mejorar la economía rural ofreciendo bienes básicos de consumo a un precio estupendo tanto para el productor como para el consumidor. Suministra a más de 400 tiendas comunitarias que atienden a una población estimada de 16.000 familias consumidoras. La distribución tiene lugar a través de una unidad central ce compras y de varios centros de distribución regional existentes en todo el país. COMAL forma parte de una red internacional de organizaciones de mercados comunitarios, denominada RELACC, que representa a 623 organizaciones básicas y de segundo nivel en la mayoría de los países latinoamericanos.

Mientras que las organizaciones de desarrollo más convencionales se centran en el lado de la producción de la economía, COMAL ha elegido incluir también el lado del consumo: un granjero no es sólo un productor, sino también un consumidor (el concepto de “prosumidor”). COMAL intenta incluir tantos productos de origen interno como sea posible dentro de un mercado muy surtido, pero la variedad de productos aún es pequeña (principalmente, judías y maíz). Para aumentarla, COMAL ha identificado varios productos que se pueden producir en distintas zonas es con el eslogan “mercado con buenos precios y buenos pesos, apoyando al productor y al consumidor”, que pretende reflejar con claridad el doble objetivo de la producción y del consumo.

La unidad central compra los productos de las organizaciones de granjeros pero, en lugar de pagar con la moneda nacional, COMAL paga con su propia moneda de red, que se denomina UDIS. De esta forma, la moneda nacional se libera del pago a los proveedores de bienes que quedan fuera de la red en efectivo o que compran cantidades mayores y, por tanto, obtienen mejores precios. Los productores locales también tienen acceso a un programa de crédito que consiste en préstamos que se dan en parte con moneda nacional y en parte con UDIS. Se da preferencia a las empresas que pueden suministrar a la red y aceptar UDIS, con lo que se construye una red que incluye una variedad de bienes y servicios cada vez más amplia.

Al mismo tiempo, se ha implantado otro sistema dirigido al desarrollo de industrias específicas mediante la canalización de la financiación del desarrollo de la empresa utilizando un método de Strohalm denominado Fomento, queriendo decir que se “conduce o empuja”. Este método aplica una combinación de la moneda nacional y la Moneda Complementaria para construir y equipar las empresas, pagando por los materiales y la maquinaria en la moneda nacional y pagando el trabajo en parte con moneda nacional y en parte con Moneda Complementaria, añadiendo préstamos en moneda nacional que pueden devolverse en moneda nacional o, preferiblemente, en Moneda Complementaria. Este sistema crea la demanda de nuevos productos de empresa y facilita la circulación, ayudando a la empresa en ciernes durante sus comienzos hasta que puede unirse a una red normal y se han agotado los fondos para el desarrollo. Por tanto, se trata de un sistema temporal diseñado para lograr un objetivo temporal. Este modelo tuvo éxito por primera vez cuando se aplicó a la construcción de una escuela en la ciudad de Fortaleza, en Brasil, y se demostró capaz de lograr una circulación un 25% mayor que el proyecto de desarrollo típico y con unos resultados que tuvieron un impacto favorable en la comunidad.

2. Perspectiva y cambios principales
Nuestra idea principal consiste en cambiar la perspectiva actual de la economía de la escasez por la economía de la abundancia. Hemos descubierto que este cambio tiene varios resultados sociales y psicológicos importantes. Uno de los principales cambios consiste en ir de una mentalidad basada en necesidades a una mentalidad basada en recursos. Si sólo miramos lo que no tenemos, lo que nuestra comunidad o nuestro país no tiene, crearemos una mentalidad de pobreza y desesperanza, de dependencia de la ayuda y la asistencia de los demás. No veremos la oportunidad de trabajar con lo que tenemos.
Nuestros deseos de colaborar aumentan cuando vemos lo que tenemos y en lo que hemos trabajado para dar valor a estos agentes y movilizarlos. Comenzamos a reconocer nuestra interdependencia y cómo podemos sacar partido cuando combinamos nuestros activos. Este procedimiento contrasta crudamente con la competitividad entre personas, no sólo en las sociedades ricas sino incluso también en las que son muy pobres. Esta no es la clase de competitividad que da lugar a la eficiencia de la producción, sino que conserva los recursos para impedir que los demás nos sobrepasen.
Este giro de la perspectiva nos permite ver un sistema económico incluyente que da la oportunidad de participar a todo el mundo, de dar de acuerdo a sus capacidades. Y al dar de esta forma, percibimos que se pueden cubrir las necesidades locales utilizando los recursos locales, utilizando un medio local de intermedio que respete estos recursos para utilizarlos de la forma más óptima y sostenible. Para nosotros, estas imágenes iluminan el camino hacia el nuevo paradigma económico.
Por el camino nos enfrentamos a varios retos que el Taller de Trabajo sobre el Dinero Social ha estado intentando superar. El crecimiento rápido del número de sistemas, los tipos de métodos utilizados y los antecedentes sociales, culturales y lingüísticos han hecho esencial mejorar la comunicación y comprensión entre los sistemas y métodos, para domar los egoísmos individuales y mejorar la cooperación. El Taller de Trabajo sobre el Dinero Social ha sido el instrumento que ha permitido esta evolución, lanzando el primer Grupo de Discusión Trilingüe que salva el espacio entre los colaboradores que utilizan el idioma inglés, el francés y el español y que trabaja para incluir otros portavoces de habla alemana, portuguesa y japonesa, las seis lenguas en las que trabaja la inmensa mayoría de los Sistemas de Monedas Complementarias.
A través del Grupo de Discusión hemos compartido los estudios de casos y experiencias de las “mejores prácticas”, intentando mejorar la calidad y rendimiento de los Sistemas de dinero social en términos de administración, recuperación de costes y educación. Estas discusiones nos llevaron a otras sobre la “Tipología del dinero”, la comprensión mutua de la terminología clave y el desarrollo de indicadores del rendimiento que lleven a la creación de una Base de Datos mundial de los Sistemas de Monedas Complementarias en http://www.complementarycurrency.org/ccDatabase/les_public.html y de una librería abierta para la presentación de los modelos de diseño y estudios de iniciativas con éxito en http://www.complementarycurrency.org/materials.php, para alcanzar los objetivos que hemos expuesto en la segunda fase del Taller de Trabajo sobre el Dinero Social.
A la vez que continuamos trabajando en estas actividades, para el futuro nuestros retos se convertirán en nuestros objetivos para la tercera fase, mejorar las conexiones con otros actores del movimiento de Economía Solidaria, desarrollar un lenguaje que nos permita una comunicación más clara de todos nuestros efectos y aumente la comprensión de los demás y que demuestre cómo algunos actores del esfuerzo de Dinero social han tenido éxito con sus programas de Finanzas Micro y Solidarias y de Comercio Justo, para que podamos ver la colaboración con esas organizaciones que se centran directamente en estos programas en el futuro. Con respecto a la diversidad entre los Sistemas de Monedas Complementarias, estamos trabajando para desarrollar puntos de contacto entre los sistemas que alienten una mayor variedad geográfica para el comercio de bienes y que permitan alcanzar economías óptimas a escala productiva y monetaria. Por último, nos hemos planteado el objetivo de crear una Federación Internacional de Sistemas de Monedas Complementarias, una red internacional de sistemas de colaboración.

0 comentarios:

Publicar un comentario