miércoles, 1 de junio de 2011

Una democracia cerrada es catalizador para el movimiento de «indignados»



Qué hermosa paradoja: mientras la clase política española se prestaba a vender a las masas árabes la democracia restringida que se edificó en la Transición, los jóvenes españoles por el contrario aprendían de la enorme y generosa riqueza social generada por los movimientos democratizadores de las masas árabes… El movimiento 15 M irrumpe precisamente para abrir lo que la rutina y abulia del sistema había cerrado. Y con este giro, el movimiento apuesta por la democracia no en términos «formales» sino «reales», concibiéndola como un proceso siempre inacabado, permanentemente abierto en la medida que debe estar sistemáticamente afrontando viejas y nuevas desigualdades.

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